La oficina vuelve a ser protagonista en el mundo laboral y aunque el modelo remoto dejó huella, la tendencia marca un regreso firme de los espacios corporativos, aunque con una profunda transformación de los espacios.
En ciudades clave como Nueva York, las grandes compañías ya optan por la presencialidad plena. El movimiento repercute de lleno en el mercado de oficinas clase A. “Mientras los edificios antiguos pierden atractivo, cobran valor aquellos que integran tecnología, sustentabilidad y un diseño pensado para las nuevas formas de trabajar”, sostiene Marisa Koifman, directora de Branson Real Estate.
Argentina no es ajena a este fenómeno, aunque el ritmo de cambio tiene sus particularidades. En Buenos Aires, por ejemplo, las empresas continúan ajustando sus espacios, con una lógica que prioriza calidad por sobre cantidad.
La tendencia es reducir metros pero invirtiendo en entornos laborales que generen valor, productividad y bienestar. Volver a la oficina no es simplemente volver a ocupar espacios, sino que cobró valor el propósito de estar en un espacio que mejoren la experiencia de las dinámicas laborales.
“Hoy las organizaciones no sólo reconfiguran escritorios, sino que repiensan el sentido mismo de la oficina. La prioridad está puesta en ubicaciones estratégicas, buena conectividad, luz natural, flexibilidad de diseño y servicios que mejoren la experiencia diaria de los equipos”, agrega Koifman.
Las nuevas oficinas buscan conjugar eficiencia operativa y experiencia del usuario. Cada vez más compañías priorizan edificios con certificaciones sustentables, infraestructura tecnológica de primer nivel, áreas colaborativas, terrazas, comedores, gimnasios y servicios integrados.
Estos elementos no solo impactan en la productividad, sino también en la retención de talento y en la construcción de cultura organizacional.
A nivel global, apenas el 14% de las empresas mantiene el esquema tradicional de escritorios asignados y estructuras rígidas. La mayoría se orienta a modelos híbridos, con diseños flexibles que promueven la interacción, el bienestar y la identidad corporativa.
“En ese contexto, la oficina deja de ser un simple espacio físico para convertirse en un activo estratégico, cultural y emocional. Un lugar donde se consolida el trabajo en equipo, se refuerzan los valores institucionales y se proyecta el futuro del trabajo”, concluye Koifman.
Asimismo, un estudio elaborado por WeWork junto a la consultora Michael Page reveló que ante la tendencia de regreso a la presencialidad “después de cuatro años marcados por la incertidumbre económica y laboral, el sector inmobiliario de oficinas comienza a mostrar signos sólidos de recuperación en Argentina y otras regiones de Hispanoamérica”.
Las expectativas del talento argentino en relación con el espacio laboral futuro incluyen: espacios de dispersión y descanso; oficinas con mejores instalaciones, como sillas ergonómicas, áreas verdes y espacios para el silencio o la concentración; modelos híbridos flexibles, basados en resultados/objetivos más que en la presencialidad; y consideración de la importancia del equilibrio entre el trabajo y la vida personal.
“El regreso a la presencialidad en Argentina e Hispanoamérica trasciende la simple reocupación de espacios. Implica una profunda transformación del diseño arquitectónico, la cultura laboral y la experiencia del talento”, remarcó el estudio.
En este contexto, el último informe regional de oficinas clase A elaborado por Cushman & Wakefield, empresa de servicios inmobiliarios corporativos, reveló que con más de 300.000 m² absorbidos, el mercado de oficinas premium acelera su recuperación en Latinoamérica.
Durante el primer semestre de 2025, el mercado de oficinas clase A en Latinoamérica consolidó su recuperación, con una actividad creciente impulsada por un entorno macroeconómico más estable, el regreso a esquemas presenciales y una demanda cada vez más enfocada en calidad, sustentabilidad y ubicación estratégica.
Rafael Nolazco, director general de Cushman & Wakefield para Argentina, Chile y Uruguay agregó: “las operaciones más relevantes se concentraron en corredores premium, impulsadas por relocalizaciones estratégicas y expansiones planificadas”.
Buenos Aires mostró una reactivación significativa, con alquileres en submercados como Catalinas–Retiro y el Corredor Norte, apuntalados por el renovado interés de empresas multinacionales en recuperar la presencialidad en las oficinas.
La vacancia promedio regional cerró el semestre en torno al 15 %, confirmando una tendencia descendente desde los picos postpandemia.
“La limitada entrega de nuevo inventario y los altos niveles de prealquiler muestran que el mercado está regulando su crecimiento con más precisión, lo que permite evitar los desequilibrios que generaron sobreoferta en ciclos anteriores”, comentó Ignacio Álvarez, coordinador del área de Investigación de Mercado de Cushman & Wakefield Argentina.
Con una incorporación de inventario moderada y una demanda cada vez más exigente, se proyecta un segundo semestre competitivo, donde la disponibilidad de espacios de calidad será un factor clave. El “flight to quality” se consolida como el patrón dominante, reforzado por estrategias corporativas que integran bienestar, eficiencia operativa y sustentabilidad, concluyó el estudio.